lunes, 20 de junio de 2011

Verano

Va a empezar el verano.
De repente la nube que chocaba contra el monte cubriendo la ciudad de un toldo gris se ha disipado y brilla el sol; el mar se agita apenas respirando sobre la costa de arena negra y la brisa, que hasta ayer se colaba por las ventanas de la casa, silvando su música penetrante, se amortiguó y ya no se escucha.
Mañana empieza el verano y hoy el calor aturde.
En esta siesta del final de la primavera apenas se escucha el rumor de los frigoríficos en el Puerto con su runrún monótono y tedioso que se cuela por todas las ventanas del piso sobre el muelle.
Se han visto turistas en el Aeropuerto con pantalones cortos y camisetas imposibles, caras de vacaciones y pies en chancletas. Un carguero de graneles descansa perezoso sobre el dique del oeste mientras le aligeran con mangueras de su carga y el mar brilla azul intenso hasta confundirse en el horizonte con la bruma blancuzca e incierta del cielo.
Desde aquí, a esta hora, no parece que el país se agite en medio de una grave crisis económica; que en el cercano continente africano los pueblos se hayan levantado en armas contra sus opresores ni que en ningún lugar del mundo pueda haber tragedias naturales, conflictos sociales o dramas humanos.
Pero los hay. La gente prepara sus vacacioes y hay fugas radiactivas; muchos tramas negocios y otros batallas. Hay atentados y penurias, verbenas y problemas para llegar a fin de mes. Parejas que comienzan como si fueran la primera del mundo y amores que languidecen en el hastío.
llega el verano, lo vamos a ver desde aquí, desde mi Isla.

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