sábado, 15 de octubre de 2011

El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y los damnificados del tranvía

Una historia entre la indignación y la vergüenza en el día en que hay convocadas manifestaciones de ‘indignados’ en más de 900 ciudades del mundo.


Corría el año 2006 y El Ayuntamiento de Santa Cruz tenía prisa por finalizar las obras de la línea del tranvía, que había de ser orgullo y prestigio de la ciudad y de su corporación municipal. Un problema se interponía para poder llevar a cabo la empresa: el trazado de la vía pasaba por viviendas ocupadas por vecinos, muchos de ellos gente humilde y desfavorecida en el límite de la exclusión social. ¿Qué hacer? Los políticos, que siempre tienen soluciones para éste tipo de problemas, sobre todo porque no gastan el dinero propio sino el de todos, lo vieron claro: Les expropiamos sus ‘chavolas’ y les damos una casa nueva en otro sitio mejor. Dicho y hecho; con la alegría con la que tira el dinero la gente a la que no le cuesta ganarlo, decidieron expropiar y realojar a los vecinos expropiados. Pero había otro problema; no tenían esa casa alternativa que entregarles a cambio de la suya. “¿Quién dijo miedo?” Debió de pensar el Concejal de Urbanismo, o el Alcalde o el Gerente del Área al que le encomendaran la solución del conflicto: “¡Los metemos un año o dos, lo que tardemos en hacerles las casas en un pisito de alquiler y asunto resuelto!”

Y así lo hicieron. Le ordenaron – entiendo que El Alcalde, o una resolución del pleno del Ayuntamiento - a la Gerencia de Urbanismo que se hiciera cargo del asunto y el Gerente del momento, le encargó a los técnicos municipales que trabajan a sus órdenes que les buscasen acomodo a los expropiados para el tiempo en que tardaran en tener disponibles los nuevos pisos; cosa de un año o dos, debió de pensar, una minucia.

Ignoro el número concreto de vecinos afectados, y cuantos de ellos están corriendo la misma suerte que el caso que voy a exponer, que me atañe directamente, aunque calculo que deben ser unos cuantos, tantos como para haber construido a esta altura el bloque de viviendas en el que alojarlos con el dinero que llevan gastado en alquileres. El caso es que pasó un año y no se hizo nada; llegó el segundo y se dijo que si estaban mirando unos solares. El tercer año se fue sin novedad, si habían mirado algo ya debían de tener la vista cansada; los inquilinos iban de vez en cuando a interesarse por el tema a la Gerencia, y allí los funcionarios los despachaban con muy buenas palabras y gesto amable: “Eso ya mismo, ya mismo, no se preocupe usted.” El cuarto año se fue y no se supo nada de la historia del solar, ni del bloque ni del piso. Todo seguía igual que el primer día cuando empezó el quinto año. Ahora, al acabar el quinto, está un poco peor.


Expuestos los antecedentes del caso, me centro ya en la historia concreta de Doña Antonia. Doña Antonia D.A., con anterior domicilio en La Finca Juan Padrón, paralela a Salvador Pérez Luz, de Santa Cruz de Tenerife, es una anciana que debe de rondar, si no los sobrepasa, los noventa años; con ella viven tres de sus hijos, o vivían, porque el último año, según me comunican, murió uno de ellos; ninguno trabaja, todos tienen problemas que les incapacitan para llevar una vida laboral normal y son una de las familias expropiadas por el Ayuntamiento, a la que le consiguieron un piso de alquiler en Santa Cruz, para el tiempo que tardaran en hacerle su nueva casa; en concreto en la Avenida Ángel Romero número 9, y se realizó el contrato por medio de una conocida Inmobiliaria de la Capital. Al propietario, el que suscribe, se le dijo que era cuestión de, cómo máximo dos años, que les daban su piso y se marchaban y en ese convencimiento aceptó el trato. Aunque en el contrato aparece como inquilina Doña Antonia, paga la Gerencia Municipal de Urbanismo de Santa Cruz de Tenerife, que se hace cargo de todos los gastos y es la que aparece como único fiador, y en su nombre y representación firma y rubrica el Gerente titular en el momento de contratar D. Tomás Martín González.

Han pasado cinco años desde que se firmó el contrato; durante este tiempo, como no podía ser de otra manera, han cambiado las circunstancias familiares del arrendador y esto hizo que necesitase recuperar su vivienda. Lo intentó el año pasado, pero la misma Inmobiliaria que gestiona el inmueble le aconsejó que esperase, que legalmente el arrendador (La Gerencia de Urbanismo), podía exigir prorrogarlo hasta los cinco años y esperó. No obstante, para evitar problemas de última hora, se dirigió a los técnicos de la Gerencia para informarles de su deseo de recuperar la vivienda nada más cumplirse el plazo legal, y el primero que le atendió, digámosle Sr. M., le manifestó entenderlo, hacerse cargo del problema y le aseguró que no tenía por qué preocupase.

Desde primeros del mes de septiembre del presente año, dos meses antes de la finalización de la última prorroga del contrato, el arrendador le insistió a la Inmobiliaria para que enviase la comunicación pertinente a la Gerencia y a la inquilina, y la Inmobiliaria lo hizo. Por si ello no fuera suficiente, mediante llamada telefónica a la Gerencia, se puso en contacto con la técnico, Sra. H., la cual le manifestó llevar el caso por las vacaciones de su compañero el Sr. M., y, ante el temor manifestado por el arrendador a que no le quedara libre el piso, le dijo que no tenía por qué preocuparse, que “lo que a mi me preocupaba en estos momentos con la crisis que hay es tener el dinero, y ese ya está. ¿Pisos? ¡En la calle hay todos los que uno quiera!” Uno, en su ignorancia, no entiende muy bien que se pueda tener el dinero para el arriendo de un piso que no se sabe cuanto va a costar; pero los técnicos de la Gerencia son ellos, y hay que suponerles capacidad para su trabajo; si les sale más caro no lo podrán pagar y tendrán que buscar otro piso, y si es más barato pues, ¡que bien, un dinerito extra con el que no contaban en el presupuesto!

Como quiera que veía pasar el tiempo y que ni la Gerencia ni la Inmobiliaria me comunicaban disponer de otra vivienda, le insistí a la funcionaria, llamémosla Sra. H., la cual me respondió muy digna cuando le planteé si le habían encontrado piso a Doña Antonia: “Uno de sus hijos vino el otro día por aquí muy alterado y le dije que se pusiera a buscarlo. Comprenderán ustedes que yo no tengo una inmobiliaria y no me voy a poner a leer los anuncios de los periódicos todas las mañanas. ¡Yo tengo otras cosas más importantes que hacer!”

Era claro que esa Sra. no iba a hacer nada y le comuniqué mis temores a la Inmobiliaria. “A nosotros nos dijo que le buscáramos un piso, pero como tardan tanto en pagar le hemos dicho que no” fue la respuesta que me dieron.

El día 16 de octubre se cumplía el contrato y había quedado con la representante de la Inmobiliaria en que recogeríamos las llaves el lunes 17 por la mañana en el piso. El que habla vive de su trabajo, es funcionario también, y reside en otra isla distinta a Tenerife; para poder desplazarse necesita solicitar autorización de sus jefes, sacar unos billetes de avión, reservar una habitación de hotel, y, en definitiva, asumir todos los gastos que requiere hacer una gestión en una isla distinta durante un tiempo impreciso. El jueves 13, al medio día me llama la representante de la Inmobiliaria y me dice que la ha llamado el técnico de la Gerencia y le ha dicho que no nos devuelven el piso el lunes. ¿Cómo puede ser? ¡Tenemos un contrato, son el Ayuntamiento! Le respondo. Si, pero me dicen que no tienen un piso todavía y que no saben cuándo lo van a tener. ‘¿Y qué piensan, tenerlos en mi casa hasta que les de la gana?’ Pensé para mi. Comencé a llamar a los números de los técnicos municipales, pero ninguno de los dos me cogía el teléfono. Sonaba y sonaba, pero no se dignaban descolgarlo. Llamé al Sr. Concejal de Urbanismo y su secretaria me informó muy amablemente que estaba en una región (¡donde iba a estar, con la de obras que hay que licitar y concursos inmobiliarios que otorgar en el Ayuntamiento, no va a estar para atender a un ciudadano!), que le dejara el nombre, teléfono y lo que quería y me contestaría lo más breve posible. Llamé al Sr. Gerente, el Sr. Risueño (supongo que aun debe de manifestar el gesto al que alude su apellido cada vez que lo piensa) y su Secretaria me informó que estaba en una reunión. Los pude imaginar a todos juntos, en la misma reunión, decidiendo poner de ‘okupas’ a Doña Antonia y sus hijos en la vivienda de un vecino hasta que alguien les encontrara una casa a su agrado donde vivir.

Pero poco más podía hacer desde mi isla; esperar al otro día a ver si habían encontrado alguna solución en sus reuniones. A la mañana siguiente, viernes 14, llamé al técnico Sr. M.; esta vez cogió el teléfono a la primera, le dije quien era y primero se puso agresivo: “Habrá que comprobar si la Inmobiliaria mandó la comunicación a tiempo” y luego, asumiendo que había sido así y todos hicimos bien nuestra parte menos ellos, me ratificó toda la historia que ya sabía: “Cuando me fui de vacaciones les dejé todo preparado y organizado, pero tenían que buscar un piso y nadie hizo nada; ahora no podemos sacar a esa gente de ahí porque no tenemos donde meterlos” ¿Y cuanto los piensan tener ocupando mi casa? Lo que haga falta. ¿Por qué no los llevan a un hotel y cumplen con el contrato que tienen ustedes conmigo? Si alguien tiene que pagar por ello sen estos días debería de ser el Ayuntamiento y no yo tenerlo en mi casa gratis. Que va, eso no puede ser, a un hotel no los podemos llevar. ¿Usted es consciente de la ilegalidad que cometen? ¡Eso dígaselo a los que mandan! Tengo todo preparado para ira recoger las llaves el lunes, le dije, los pasajes de avión, el hotel reservado, el permiso que he tenido que pedir. ¿Usted entiende que dos días antes de la entrega de llaves no me puede decir que no me las da? Pues eso es lo que hay, ¿qué quiere que haga yo, que me ahorque, que me tire por el balcón? Yo no quiero que se tire usted por ninguna parte, solamente quiero que me den mi casa, que cumplan el contrato que tienen conmigo y que les he ido prorrogando hasta el tope legal y ustedes lo saben. ‘Yo no puedo hacer nada más, si no está conforme hable con el Jefe’ Me dijo dando por terminada la conversación, porque mientras yo intentaba contestar le sentí teclear en el ordenador, desconectado ya de lo que le decía.

La centralita me dio el teléfono del Sr. Gerente y de su Secretaria. Hablé con su Secretaria y me dijo que estaba reunido, que le llamara más tarde. Volví a llamarle más tarde, y más tarde, y más tarde… no pensaba rendirme antes de que me escuchara; daba llamada el teléfono y, desde que veía el número en la pantalla, lo cortaba. Necesitaba que me diera una respuesta, convencerlo que era preferible ponerlos en un hotel porque de otra manera, lo que hacían era hacerme pagar a mi, un ciudadano que lo único que había hecho era confiar en el Ayuntamiento y contratar con él, la desidia o imprevisión o ineptitud de sus funcionarios o políticos, que cada cual se atribuyera la cualidad que le viniera más al pelo. Que yo tenía que interponer una demanda de desahucio por cumplimiento de contrato contra la anciana, y ésta se va a ver abandonada dos veces por la corporación que le expropio su hogar, y que se va a seguir gastando un montón de dinero en pleitos e indemnizaciones, al margen de los daños que les infringe a las dos familias, a la de la anciana y a la mía, que me veo necesitado de buscar un piso en alquiler para mantener a mi hijo en Tenerife mientras estudia, como nos ocurre a los que vivimos en las islas pequeñas, teniendo uno propio que me lo ocupa la Gerencia de Urbanismo con el contrato vencido.

Por más que marcaba el número no había manera de que levantara el teléfono, así que decidí usar el viejo y estúpido truco de cambiar de línea; llamé desde otra y lo cogió a la primera, cuando le dije mi nombre me contestó que él era su secretario y que el Gerente estaba reunido. Lo imaginé acompañando la indignidad de no dar la cara y hacerse pasar por otro con la simpática cualidad a que alude su apellido y supe que lo tenía todo perdido, ni me solucionaría nada ni le importaba lo más mínimo lo que fuera de la anciana o de mi. Me pidió el nombre y el teléfono y me aseguró que le contaría el problema al Sr. Gerente desde que terminara de la reunión y que éste me llamaría en el menor tiempo posible.


Y ahora a ir a la justicia, rápida y eficaz, como todos sabemos que funciona. Descorazonador que sea la misma institución que te embargan el coche por una multa de aparcamiento impagada, la que luego se permite abusar de su poder y usurparte una vivienda. No me cabe duda de que tenemos la administración que nos merecemos.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Sobre gente sencilla y lugares lejanos

   Fue hace un par de días que me encontré con él. Me avisó el padre, porque yo le había advertido que lo hiciera cuando llegara, y, según  me acercaba a la mesa del bar en la que estaba sentado, en la planta dos del Aeropuerto, de espaldas al mar y frente a los restos de un bocadillo y un café con leche, lo fui observando: vaqueros gastados y rotos en las rodillas, la moda; camiseta blanca de cuello de pico ajustada al cuerpo flaco y pálido para el tiempo y el lugar en que vivimos  - un remedo del dibujo del anuncio del 7up - pendientes, cresta en el pelo a pesar del corte militar, piercing en la lengua, reloj de muñeca de correa mas grande que la muñeca, a juego con la camiseta,  un collar de cuentas grandes de madera  alrededor del  cuello y un par de anillos de plomo en dedos que no están habituados a los anillos.
   Me esperaba y, haciendo gala de una educación que dificilmente le concedería cualquier observador imparcial que observara la escena, fijandose solamente en su aspecto, se levantó y me saludó militarmente cuando me acerqué, sin percatarse que su apariencia desentonaba con el saludo y el lugar, y habriamos pasado más desapercibidos con un simple movimiento de manos o de cabeza de reconocimiento y saludo. Me senté frente a él y casi sin transición comencé a bombardearlo a pregunrtas. ¿Dónde estabas? ¿Cómo es aquello? ¿Qué pasó?

      Ernesto Sábato, el gran maestro argentino de la literatura contemporanea recientemente fallecido, llamó a una de sus novelas más enigmáticas y sobrecogedoras, obra fundamental en la literatura española del siglo pasado, "Sobre héroes y tumbas" y en ella narraba la vida convulsa de un tiempo y unas gentes en la Buenos Aires de mediados del siglo pasado.
    Si hoy día tenemos que buscar nuevos héroes en medio del bullicio de la sociedad tecnológica que nos está tocando vivir, seguro que no podemos mirar hacia los mismos arquetipos que nos dejara el maestro, ni a los gauchos del Sur que describiera Borges, o a los protagonistas de los episodios que contara y cantara Galdós de la España del XVIII y XIX.
    Los tiempos han cambiado y con ellos nosotros, aunque a algunos, que procedemos de un mundo en el que la tecnología era aun una visión futurista de literatos y soñadores, nos cueste adaptarnos a los nuevos prototipos y no nos identifiquemos con las figuras del momento que nos presentan los "realities" de las televisiones y los programas deportivos que inundan las programaciones de los "mass media.".
    El chico era como cualquiera que uno espera encontrar haciendo botellón sobre el muro de los aparcamientos del paseo marítimo o en una pandilla de barrio; ni siquiera de los que te imaginas paseando, formales, con la novia con la que se quiere casar; muy joven para eso y con un aire entre adolescente que ha dejado el instituto antes de tiempo y aprendiz del andamio o la hosteleria; un punto tímido pero con la mirada despierta de quien sabe que en la atención con que observe el detalle le puede ir la vida o la de sus compañeros. Y lo sabe por experiencia.

     Y me estubo contando; me habló del Puesto avanzado junto a la frontera de Paquistán donde acaba de pasar casi seis meses, de que comieron todo el tiempo a base de raciones de campaña; lentejas con chorizo, sardinas, melocotón en almibar, porque un par de veces que mandaron el convoy de "logística" lo hostigaron los talibanes hasta destrozarle la carga que no es blindada, así que, lo más básico, el agua y esas cosas se lan enviaban por helicoptero y lo demás pues, raciones. "¡Cuando veías un donuts o algo así, aunque fuera de un semana era como un manjar!" De las balas enemigas sobre sus cabezas en la misión humanitaria y cómo dormían con el casco  puesto y el fusil en el colchón. Del dolor y la rabia por los compañeros caidos en el coche delante del tuyo y las balas que zumban en los oidos muchas veces sin que puedas identificar de dónde vienen en los primeros momentos.
     Me habló también de cómo los niños eran sus principales contactos con el mundo local y la facilidad con la que aprenden los idiomas de las tropas desplegadas; de la piedra que le alcanzó el ojo y lo tuvo infectado un montón de tiempo... En fin. Me contó de tierras áridas y climas bochornosos, de hacer un trbajo duro y difícil con la normalidad y la sencillez del valiente.
    Lo que no me dijo, de eso me enteré cuando ya se había marchado porsu padre, es que le habían propuesto para la del Mérito por una acción.
    Lo dicho, gente sencilla y lugares lejanos.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Sobre lenguas y políticas

       Se va el verano desde mi Isla y se marcha con mayor esplendor del que tuvo mientras duró. Hoy es 11 de septiembre, una limpia mañana de domingo en la que deslumbra el sol rielando sobre un mar en calma; todo agosto estuvo embrumado por los alisios y ahora, que nos acercamos al otoño, se queda el mar tranquilo y el horizonte azul.
       11 de septiembre, es difícil (entre otras cosas porque todos los medios de comunicación imaginables se encargan de remacharlo con insistencia machacona) sustraerse a lo que significa esa fecha desde hace justo diez años, el atentado de las torres gemelas, que cambió la percepción que teniamos en este lado del mundo, sobre nuestra propia seguridad y la evidencia de que teníamos un enemigo.
       Aunque nosotros estábamos más acostumbrados que otra gente a bregar con problemas de terrorismo, porque llevabamos padeciendo, a la sazón, durante más de treinta años, el otro, el doméstico por así decir, al que el resto del mundo no le hacía demasiado caso porque se consideraba una cosa nuestra, de morir sólo guardiasciviles y españoles en general.
       Pero hoy es también una fecha señalada a nivel más doméstico, como el terrorismo de ETA. Es la Diada en Cataluña. Aunque si lo pienso con detenimiento no estoy seguro de lo que acabo de escribir en el principio de éste párrafo, ni de que sea nuestra la fiesta, ni de que se llame así; supongo que viene a ser como el día de la comunidad autónoma o algo por el estilo, pero también puede que sea solamente el día para reivindicar la independencia o celebrar la guerra contra el resto de España.
      Desde hace unos días he venido participando en un foro de debate abierto en LinkedIn a partir de un hecho que ocurrió en Mallorca: han dejado de exigir el Mallorquín para poder ser funcionario, la compañera que inicio el debate nos preguntaba que qué nos parecía.
      El que suscribe, que reside en la ultraperiferia española, más cerca de Marruecos que de la Península, nació en Andalucía y se ha criado imbuido en la idea de la sagrada unidad de la Patria, que siempre ha cosiderado que la diversidad de nuestras tierras era un bien enriquecedor y las lenguas regionales algo a cuidar y a promover, se confiesa superado por la  situación política que padecemos.  Hoy dice la prensa que al Alcalde de Badalona lo quiere expedientar la Generalitat por no celebrar la diada, el Alcalde dice que no la celebra porque los partidos de la oposición no van a asistir, éstos, incluido el PSOE, dicen que no asisten porque no se va a quitar la enseña nacional (de España) de su mastil...  (???!!!) Por otra parte, el mismo Presidente de la Genaralitat que quiere expedientar a este Alcalde, dice que se pasa por el arco del triunfo la sentencia del TSJC que le obliga a enseñar a los niños catalanes, incluso los hispanohablantes, también en castellano. Y en Madrid, en la sede del Senado nacional, un supuesto "padre de la patria" de un partido declaradamente independentista, llama desde su escaño a la rebelión contra España y a la secesión.
     ¿Quien tiene la culpa de todo esto? No creo que sea sólo el Gobierno actual, aunque bastante ha ayudado con su dejar hacer cuando no jalear a los enemigos comunes para que sigan arañando, sus pactos indignos y sus componendas bochornosas; también el principal partido de la oposición ha ayudado cuando gobernó en no poner límites y consentir a cambio de un puñado de votos para mantenerse en la poltrona, pero la pregunta importante no es quién tiene la culpa, sino si se puede arreglar.  Si a estas alturas podemos recomponer de alguna manera el sentimiento nacional español e, incluso, si hay alguien que quiera intentarlo.
        No lo se. Por si sirve al menos para azuzar la nostalgia por el tiempo en el que eramos uno y esperanzado,  aquí dejo un enlace que a algunos les puede servir para recordar viejos tiempos y a otros para descubrir que las cosas no fueron siempre como ahora.
http://www.youtube.com/watch?v=t90tb4_pk24&feature=related

sábado, 30 de julio de 2011

Noticias, fotos

Me levanto en esta perezosa mañana de sábado y abro la ventana para comprobar que siguen ahí las nubes bajas, sobre el mar hasta donde alcanza la vista en el horizonte; claro que ahora vienen del sur, según la meteoróloga de la uno, en el telediario de anoche. Deambulo desnudo por la casa en silencio, con los gatos enredándoseme entre las piernas y me preparo un café.
Julio se acaba, vamos a cruzar el ecuador del verano y es tiempo de vacaciones para medio país; desde mi isla, y mirando por la misma ventana por la que miramos todos, se ven colas interminables de vehículos por las autopistas en dirección a las playas, y eso augura fiestas en los pueblos, verbenas en las plazas y noches de fuegos de artificio y calor. Amores de verano, tardes de playa abandonados al dolce far niente, juventud, alegria.




Pero hay otra realidad. No todo es vino y rosas en el país y, a pesar que la gente sigue saliendo y disfrutando, muchos están pasando tiempos malos: desempleo, crisis (esa jodida palabra que va a llegar a no significar nada a fuerza de repetirla), dificultades para llegar a fin de mes y, sobre todo, falta de esperanza en el futuro.




¿Quien tiene la culpa de todo esto? ¿El Gobierno? Puede que no sea el culpable de la crisis como no lo es del verano, pero no cabe duda que no ha gestionado bien ninguno de los dos temas... y en esto llega una noticia no por esperada menos sorprendente: elecciones en noviembre. Por fin un poco de luz al final del camino. ¿Cúando? El dia 20. ¡Vaya por Dios! ¿No había más domingos ese mes? Zapatero y sus símbolos, llegó inesperadamente tras los atentados de Atocha y se quiere ir en el aniversario de Franco. Alguno puede pensar que sea Rubalcaba el que esté detrás de la fecha, todos sabemos que si hay alguien retorcido en la política es ,simplemente, un aprendiz de Rubalcaba; pero esto puede que sea rizar el rizo.




Sigo desperezándome en esta lenta mañana de sábado y me conecto al facebook. Una amiga, Thayla, (gracias Thayla), ha colocado un video de Gloria Stefan: "Tu fotografía". Y la voz potentemente fragil y melodiosa de Gloria, capaz de llegar a cualquier registro entre la ternura y el grito, desgranando palabras sencillas y comunes, que nos tocan los sentimientos, me hace pensar que no todo está perdido, que a pesar del interminable verano que no llega, del Gobierno que padecemos y los problemas que manejamos todos los días en nuestro trabajo insignificante,
o los más graves que soporta el País, aun hay cosas por las que seguir levantándose uno todas las mañanas.




Miro de otra manera esas fotos especiales que hay puestas por mi casa, y a la gente que aparece en ellas; y siento que les quiero y que quiero seguir reviviendo esos momentos que han quedado congelados en el papel, aunque decolorados y cubiertos de polvo, y me gustaria decirles lo feliz que me siento de que hayan pasado y estén en mi vida. Y que quiero que estén en ella hasta el fin.


Así que lo mejor será ponerse a trabajar para qu esto siga adelante desde ahora mismo; arrimar el hombro al de los demás y, con todos, tratar de que este mundo nuestro se consolide y avence. Pero antes de nada hacer un pis, que estoy que reviento.

sábado, 23 de julio de 2011

Tarde de sábado, cocina, ruidos

Tarde de sábado de verano. Islas Canarias. Con estas premisas cualquiera espera continuar con tarde de sol y de playa; pero no. Santa Cruz de La Palma y el jodido régimen de los alisios que arrastra las nubes desde el norteste sobre la Isla, se pegan a la cumbre que no las deja pasar y, mientras en la otra banda luce el sol y la tarde se eterniza sobre el mar, aquí bruma y brisa.
A pesar de todo decidí que era verano y tarde libre, me puse el bañador y fui a Los Cancajos. Un par de horas tumbado sobre la playa desierta, leyendo al arrullo de las olas y al frescor de la brisa. La única agua que probé fue la que me cayó de forma intermitente desde el cielo o la que me salpicaba desde la orilla la espuma blanca de las olas resbalando sobre la arena negra de la playa.
Luego han llegado unos grupos de adolescentes a entrenar al voley-playa y decidí volver.
La Avenida de los Indianos está cortada al tráfico bajo mi ventana: hay una exhibición de cars; han colocado vallas protectoras, neumáticos viejos en la mediana de la calzada y a Protección Civil a controlar un gentío inexistente. En realidad se exhiben ante ellos mismos: no hay nadie en la calle y hasta las ventanas de las casas que lo padecemos, aparecen cerradas para evitar el ruido.
Hay mucho ruido y lo voy a combatir cocinando; esta mañana compré un solomillito de cerdo para hacerlo con salsa de tomate y me decido ahora, en lo que escribo; es muy fácil: cojo una sartén honda con tapa y le pongo un fondo de aceite de oliva, salo la carne troceada, poco más de medio kilo y la pongo a dorar, mientras se hace, corto en trozos grandes para que se noten cuando esté acabado el plato, un par de pimientos franceses y se los añado a la carne. Cuando están tiernos es el momento de abrir una lata grande de tomate triturado y vaciarsela a la sartén donde se hace todo, añado sal y una pizca de azucar, bajo el fuego y tapo la sartén.
Mientras escribo estas líneas de voy dando alguna vuelta para evitar que se queme y así, entre párrafo y párrafo, tengo la entrada del blog y la comida de mañana preparada.
Acabo de darle un par de vueltas, lo he probado y estupendo, no hay ni que rectificar de sal. Lo apago y dejo quese termine de hacer con el calor residual.
Sigue el ruido de los motores en la avenida, pero hay muchos más ruidos en esta tarde de verano: alguien en Oslo ha decidido que puede matar y ha hecho estallar una bomba en el centro de la ciudad, luego en la misma Noruega, otro, (¿tal vez el mismo?),cual ángel exterminador ha comenzado a disparar vestido de policía contra una convención de jóvenes. El golpeteo de la ametralladora ha llegado hasta aquí hiriendonos los oidos y el corazón.
Una nota urgente de última hora dice en la prensa digital que han encontrado muerta a Amy Winehouse en su casa de Londres. Ruidos.
Me voy a dar una ducha y a sentarme en el sofa para terminar "El asesino de la carretera" de James Ellroy, en lo que queda de esta tarde de sábado, al menos sus muertos son de papel.

lunes, 18 de julio de 2011

Sin cine

Todos los días paso por delante de la gasolinera frente al puerto y miro la cartelera. No es que vaya mucho ultimamente, una racha de películas medio infantiles que no me llama la atención y algún que otro viaje, han hecho que lleve más de un mes sin pisar los multicines, pero, siempre que paso por delante de la gasolinera, aminoro la marcha para comprobar la cartelera y pienso,"este fin de semana vamos al cine".
Mucha gente se baja películas de internet y luego las ve en el ordenador o las pasa a un dvd y las pone en la tele; alguna vez lo hice, pero no me gusta mucho el cine en la televisión, creo que está concebido para disfrutar en pantalla grande, en la oscuridad y con sonido envolvente: todocolor y muchomascope. Veo películas en la televisión, como todos supongo, a veces incluso alquilo alguna en los canales de pago y la vemos en casa con una copa en la mano tumbados en el sofá, pero prefiero la pantalla grande: la emoción de que se apague la luz, se haga el silencio y dejarse envolver por la historia que transcurre allá al frente, olvidandonos por un par de horas del mundo y viviendo los conflictos de los personajes, padeciendo sus penas y vibrando con sus alegrías.
Pero desde hace un par de días no hay carteles en la gasalinera anunciando la programación de los Multicines Avenida en Santa Cruz.
Entro en facebook y un enlace colocado por un amigo me deriva a una noticia en El Apurón, el periodico digital palmero: "Los multicines ponen el The End". Este fin de semana han echado el cierre. Eran tres salas, no muy buenas, más bien malillas, pero, fue allí donde vi hundirse el Titanic y asistí al encuentro de Bella con su madre en una playa de Nueva Yord bajo la atenta mirada del cocinero...
Supongo que no hay un culpable, "entre todos la mataron y ella sola se murio", pero queden estas líneas como homenaje y nostalgia, homenaje a un negocio cada vez más ruinoso, y nostalgia por los fines de semana que han de venir, ahora sin cine.

lunes, 11 de julio de 2011

Pereza


Hay días que estas perezoso. O a lo mejor es solo cansado; pero nada te motiva, nada te mueve. Hoy es uno de esos días.
La semana pasada fue de actividad frenética: inauguramos la nueva Terminal del Aeropuerto y eso nos tuvo a todos los que trabajamos en ella agobiados y más estresados de lo que sería conveniente, pruebas, visitas, estrenos. La misma tarde de la inauguración escribí una crónica urgente que me inspiró la llegada (y salida) del Ministro, hoy ascendido a portavoz del Gobierno, la colgué en Suite 101.net, aquí pongo una foto del evento, la fila de autoridades escuchando al Ministro.
Desde entonces no he hecho nada más y no tengo ganas; se pasó el fin de semana y se lo dediqué a la prensa, Rubalcaba y su discurso de aceptación de la proclamación como candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno: del parto de los montes nació un ratón... repasar los periódicos en la playa sujetando las hojas contra el viento y tapando el sol con la visera para poder leerlos.
Termino de mirar la última entrada de la columna de Arturo Pérez Reverte "Patente de corso" que suele publicitar en twitter y en Facebook y esta vez va de ajedrez y se queja de que no se estudie en los colegios españoles, tiene razón, como casi siempre. ¡Cúanto me ha gustado y he jugado al ajedrez! Noches analizando partidas, torneos por correspondencia desde el Hierro y ¿cúanto hace que no juego?. No quiero pensar ni siquiera en eso: pereza.
Lo dicho, pereza, ¿o es cansancio, o es falta de ideas?