miércoles, 6 de enero de 2010

Día de Reyes

Ya está acabando y con él las fiestas, aún persisten las luces en las calles pero ya no queda nadie, la gente que estos días atrás compraba y deambulaba por los comercios de repente se quedó en casa: los niños agotados a esta hora tras la exitación de los regalos y los padres peor, cansados de recorrer las casas de parientes y amigos arrastrando paquetes y recogiendo paquetes. Acabando el día de Reyes.
Yo también recogí los míos y también los entregué; he llamado a la familia y he preguntado a los niños. Se acabaron las fiestas y vuelve la saludable y reparadora rutina; el tiempo para uno y para el trabajo, la actividad diaria conocida y llevadera.
Me pregunto ¿qué escribiría si pensara que realmente no va a leerlo nadie? ¿Lo mismo? Seguramente. Hemos hecho una buena comida este mediodía que ha invitado mi suegro en una parrilla en laque casi nos ahuman mientras sentiamos llover sobre Los Llanos, luego tomamos café en un bar del Puerto de Tazacorte y paseamos un momento por un paseo marítimo algo revuelto por el temporal, amenazando lluvia; en el camino de regreso me he quedado dormido en el coche y ya estamos en casa. Ella está empezando a deshacer el árbol y yo me siento al ordenador para mirar las noticias y escribir.
Empezamos una decada nueva, ¿Significa eso algo o van a ser los mismos días con los mismos afanes?
Lo que sea será

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